08 febrero, 2008

Una vida de perros. Parte 3.

Se prende el fuego,
se prende la luz,
se entona un himno,
y llega Belzebú.

Bebe de mi sangre,
lo has de sentir,
Come de mi carne,
te ha de alimentar,
riéte estúpido humano,
ya no tienes que aparentar.

¡Ja, ja, ja!
Ruega por tu alma,
ruega por tu corazón,
antes los alimentaste,
ahora alimento son.

¡Bienvenido a mi casa!
No te has de arrepentir,
¡Bienvenido a mi cena!
¿Dónde te quieres sentar?

A mi derecha están los traidores,
a mi izquierda los violadores,
A mi espalda los débiles,
y en mis pies los solidarios.

¿Vive sano, vive fuerte?
¡Esas son cosas de dementes!
No es malvado el que vive,
sino el bueno que se prive.

Vive con tu castigo,
vive con tu dolor,
si no viviste otrora,
ahora entonces es la ocasión.

Gira, rueda, gira,
Gira y has de volar,
hasta fuentes vacías
o incluso debajo del mar.

Vuela, alto muy alto,
que duro has de caer,
con tus huesos quebrados,
hacer nada has de poder.

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