Hace bastante que no actualizaba esto.. La verdad poco tiempo he tenido para hacerlo; entre los trabajos del colegio, el preu, etc. Además, comento esto para los pocos que leen el blog y se interesan por él, estoy escribiendo una revista - jajaja, sí, como trabajo para el colegio - que espero subir pronto aquí.
El otro día, hablando con Ragar, habíamos decidido en que él se iba a unir a este blog e ir subiendo archivos en conjunto, pero al parecer quedó en nada. Si alguien sabe algo del desaparecido, me avisa.
En fin, haciendo hora para que otro año se deposite en mi diario de vida, recordé una conversación bastante antigua sobre la motivación de los poetas, escritores, de todos los literatos en general, el por qué de sus obras más pronfundas, de sus poemas más hermosos, de sus cuentos más ingeniosos, en definitiva, de toda creación magna que haya salido de la pluma de algún escritor; para mi sorpresa - y la de Ricardo - se repetía un mismo factor: ella. Pero.. ¿Quién es "ella"? ¿Una mujer? ¿Un tópico literario?
La respuesta.. aún no la sé, supongo que quizás es una idea innata sublime que se encuentra en todo ser humano, que siempre duerme a los pies de la más mínima inspiración, del más mínimo momento de ocio, para levantarse y con sus manos virtiginosas, llevarnos a excelsas reflexiones, nublando nuestro juicio e incluso haciéndonos perder la cabeza.
Ese ella que se encuentra como respuesta inmediata al decir "yo", que de una u otra forma, responde a nuestros más delicados anhelos y privaciones, incluso en algunos casos, responde a nuestras mayores depravaciones. Un ella que históricamente ha acompañado a la literatura y que hoy en día se ve reflejado de las formas más varíadas. Como dirían por ahí: "De todo olor, color y forma". Y sin lugar a dudas, responde a nuestro contexto histórico como sociedad occidental, donde el eterno hombre romántico, idealizado y transgiversado, cobra fuerzas increíbles al momento de escribir. Como si la pluma tuviera vida y volara por entre los dedos, derrochando al escritor escondido que llevamos dentro.
¿Es entonces ese "ella" una forma de la inspiración?
Quizás nunca termine de definir ese sentimiento que me agobia a cada momento que tomo un lápiz, un papel - y un cuchillo para cortarme las venas - al escribir un poema.
Quizás, Ricardo, será imposible que logremos definirlo, quizás nunca entenderemos nuestra estúpida tendencia a referirnos a nuestras parejas de manera tan idealizada, pero sí tenemos claro, que gracias a ellas somos lo que somos: unos locos.
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